DISCURSO PRIMER INFORME DE ACTIVIDADES LEGISLATIVAS

Amigas y amigos,
Comparezco ante ustedes con la convicción de que informar y rendir cuentas a quienes nos han confiado representarles es además de un deber legal, un compromiso ético y moral.

Por ello celebro la presencia de todos y cada uno de ustedes, que representan el mosaico de esta hermosa Ciudad de México para dar cuenta de este primer año de actividades legislativas.

Ingresé a la política, y a mi partido, Acción Nacional, en 1993, inspirado por la visión de un México diferente, influenciado en gran medida por mi maestro Abel Vicencio Tovar en la Facultad de

Derecho de la UNAM, el nos enseñó, a construir Patria todos los días, nos enseñó que México “la Patria de nuestros padres en trance perpetuo de edificación” como el lo definio, requiere de todos y cada uno de nosotros para su continua edificacion.

Grandes acontecimientos políticos y sociales nos ha tocado vivir desde entonces. Gracias a la confianza de ustedes, los ciudadanos y a Acción Nacional, se me ha confiado ser parte de ese trance perpetuo de edificación de nuestro país y de esta nuestra GRAN Ciudad de México.

A pesar de casí haber logrado dejar atrás los sistemas autoritarios, tristemente hoy vemos que los partidos políticos, junto con los sindicatos y el poder judicial son las instituciones que generan mayor desconfianza a la ciudadanía. Vemos que la gente no está contenta con su democracia e incluso hay pesimismo con respecto a la idea de progreso. En una sociedad donde la crisis de representación y desconfianza en las instituciones es la constante, nos obliga redoblar esfuerzos, por ello es que yo respondo con compromiso, con diálogo y rendición de cuentas.

Me permito hacer un breve recuento de nuestro trabajo legislativo en este primer año de actividades, la información completa sobre este, se encontrará disponible en la página del grupo parlamentario, así como en el blog de la Comisión de Seguridad Pública.

Al iniciar la presente legislatura, fui nombrado Presidente de la Comisión de Seguridad Pública; así como Vicepresidente de la Comisión de Administración Pública Local e integrante de las comision de Desarrollo Metropolitano y el comité de Asuntos Editoriales.

El tema de la Seguridad Pública va más allá del gobierno, trasciende a gobernantes y partidos políticos. Seguridad Pública tiene que ver con el ciudadano, con su familia y sus  libertades, con su posibilidad de trascender. Sentirnos seguros es la razón de porque hace miles de años decidimos los hombres vivir en sociedad, enlazando nuestro destino al de los demas.

Ante la  importancia de esta encomienda, nos dimos a la tarea de hacer un  diagnóstico lo mas completo y serio posible, sobre el problema de Seguridad Pública en la Ciudad de México asi como un plan de trabajo.

El plan de trabajo trazado para trabajar en materia de Seguridad Pública quedó conformado en las siguientes cinco líneas de acción:

1.- Legislar para combatir a la delincuencia organizada y los delitos graves.
2.- Dignificación de los Policías.
3.- Seguridad en las calles.
4.- Prevención de las adicciones.
5.- Prevención del Delito.

Un año después, estos son algunos de los avances:

Primera línea de acción: legislar para combatir a la delincuencia organizada y  los delitos graves.
Nos hemos rendido ante la evidencia de que el sistema de justicia penal es vergonzosamente ineficaz y que la delincuencia organizada está permeando y debilitando al tejido social en forma ofensiva.

Por ello, el Congreso de la Unión en consulta con la academia, la sociedad civil organizada, los poderes ejecutivo y judicial, elaboró una reforma al sistema de justicia penal para todo el país como respuesta al clamor social sobre la ineficacia del sistema de administración de justicia mexicano, así como el crecimiento de la delincuencia organizada, propuso las bases para un sistema acusatorio y oral.

El Distrito Federal tiene a cuestas grandes tareas que deben estarse realizando hoy, preparando la entrada en vigor del nuevo sistema de justicia penal en cinco años: adecuar la legislación, capacitar funcionarios, adecuar espacios, fomentar que en las escuelas de Derecho y Criminología rediseñen sus planes de estudios.

Es un verdadero cambio de paradigma que implica enormes retos. Desde la presidencia de la Comisión de Seguridad Pública estamos pendientes de esta tarea y participamos en la mesa encargada de implementar el nuevo sistema de justicia penal en el DF.

Así mismo en la Asamblea Legislativa nos hemos dado a la tarea de ir adecuando nuestra normatividad para hacer frente a la problemática de la delincuencia organizada.

Las drogas destruyen las posibilidades de trascendencia de los individuos y de las sociedades. Por ello, es necesario que la Federación y el Gobierno del Distrito Federal combatan coordinada y conjuntamente el fenómeno delictivo del narcomenudeo.

Es por ello que en noviembre del 2009 presente iniciativa de ley para combatir el narcomenudeo de forma mas eficaz, dotando a la Procuraduría de Justicia del DF así como al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, de facultades para conocer, perseguir y castigar estos tipos de delitos.

Dicha iniciativa ya fue aprobada en comisiones y esperamos que pase al pleno para su aprobación el próximo periodo ordinario de sesiones.

Adicionalmente tenemos tareas pendientes y un plazo fijado con fecha límite para agosto del 2012 donde el Gobierno Federal y el del Distrito Federal son corresponsables para: diseñar un plan para la prevención de las adicciones, cumplir con las campañas permanentes sobre prevención de daños a la salud provocados por el consumo de estupefacientes y psicotrópicos, brindar atención médica y tratamientos a quienes consuman estas sustancias, campañas de educación para prevención de adicciones y coordinar con los sectores público, privado y social dichas acciones de prevención.

Realizar las investigaciones necesarias para detectar a los grupos de alto riesgo. Crear los centros especializados en tratamiento, atención y rehabilitación de farmacodependientes. Celebrar convenios de colaboración con instituciones nacionales e internacionales en materia de farmacodependencia.

Existe el riesgo de que por cuestiones políticas o electorales la Asamblea Legislativa y el Gobierno del Distrito Federal, tenga la tentación de no cumplir con estas obligaciones, escudándose en interpretaciones a modo sobre los términos en que debe cumplirse a la ciudadanía con esta normatividad para afrontar las adicciones. Como representante popular, estaré a la expectativa de que todos asuman la responsabilidad que les corresponde, para que se alcancen los objetivos y metas propuestas en el tema de Justicia Penal.

En concordancia con las reformas constitucionales en materia penal para hacer frente al crimen organizado, en el

D. F. Realizamos reformas

Segunda línea de acción: Dignificación de los policías.

Los ciudadanos se quejan y desconfian de los cuerpos policiacos, los cuales surgen para ser una fuerza de seguridad encargada de mantener el orden público y la seguridad de las personas. Por ello, hemos propuesto la creación de un Observatorio Ciudadano,  a fin de evaluar el desempeño de los cuerpos policiacos, así como de la carrera judicial. No es posible enfrentar eficazmente la delincuencia sin una mayor participación de la ciudadanía.

Así mismo retomando una propuesta de Comisión de Derechos Humanos del DF propusimos  la conformación de una Comisión Especial para la Reforma de la Policía del Distrito Federal, propuesta que ya fue aprobada en comisiones y esperamos su pronta conformación.

Estas y otras propuestas mas, han sido fruto de distintos foros de discusión como el que organizamos en marzo pasado “Policía Única, ¿Solución a la Seguridad Pública?”, donde en un ejercicio de diálogo, de intercambio de propuestas, discutimos con el poder ejecutivo federal y local, la sociedad civil, senadores, diputados federales, académicos, y embajadores de otros paises, cómo concebimos los cuerpos policíacos de cara al siglo XXI. Tema este, “el de la policía única” que hoy se encuentra a debate a nivel nacional.

Tercera línea de acción: Seguridad en las calles.

Una parte importante de la vida comunitaria se desenvuelve en las calles de nuestra ciudad. Es por ahí donde transitamos hacia nuestros trabajos, escuelas, mercados, reuniones, etc
Los espacios públicos son de los ciudadanos, no de los delincuentes, por ello, hemos buscado arduamente la forma de preservar la seguridad en las calles.
Implementamos el Programa “Por tu Seguridad”, donde estamos realizando reuniones vecinales en las 16 delegaciones para concientizar sobre la necesidad de una mayor participación ciudadana en el tema de seguridad pública, así como ofrecernos como canal de comunicación y coordinación con la Secretaria de Seguridad Pública.

Reformas a la ley de cultura cívica para sancionar el consumo de drogas en la vía pública con arresto incomutable hasta por 36 horas, mayor castigo a la realizacion de peleas clandestinas de perros, ya que son por su naturaleza centros de distribución de drogas y generadores de violencia que vulneran la tranquilidad de las calles.

Cuarta línea de acción: Prevención de las adicciones.

Siempre será mejor prevenir que curar. Las adicciones afectan a hombres y mujeres por igual, sin importar nivel cultural o estrato social. Las adicciónes a drogas y alcohol afectan no solo al adicto, sino a todo su entorno familiar y social. Por ello ademas de dar seguimiento a los obligaciones comentadas anteriormente, propusimos regular los albergues para rehabilitación de alcoholismo y drogadicción. Hemos visto cómo estos albergues pueden convertirse en verdaderas cárceles o lugares dónde abandonar a los familiares en condiciones de hacinamiento, insalubridad, violando sus más elementales derechos humanos.

Quinta línea de acción: Prevención del delito.

La prevención del delito son estrategias para disminuir los factores que propicien la violencia y el delito. Buscamos fomentar valores cívicos, éticos y culturales que promuevan el respeto a la legalidad y la disposición a la convivencia social, ordenada y armónica.

El diseño de políticas públicas en materia de prevención requiere análisis, datos duros, elementos científicos. No es posible prevenir el delito eficazmente si no hay estudios claros de sus causas, por ello, y desde 2003, he insistido y seguiré insistiendo al Gobierno del Distrito Federal en la necesaria instalación del Instituto de Estudios Científicos para la prevención del Delito.

Amigas y amigos,

Según la Organización Panamericana de la Salud,  en el Distrito Federal hay “criminalidad epidémica”. Jóvenes excluidos, que no tienen por donde acceder a la vida laboral, son una especie de mercado cautivo para el reclutamiento del crimen organizado. Frente a la falta de alternativas y el sufrimiento cotidiano que implica su exclusión de los sistemas laborales y de educación, aparecen los encantos de paraísos económicos “faciles”.

Hubiera sido más barato y eficiente construir un aula ayer que una celda hoy.
La desigualdad crea “trampas de pobreza”, amplios grupos de niños y  jóvenes con destinos casi marcados. Familias cuyos niños no pueden terminar la escuela primaria o secundaria con las carencias más básicas. En esas condiciones no podrán acceder en su momento a la economía formal y crearan familias casi condenadas a repetir el mismo destino. Solo políticas públicas, dirigidas por el Estado, pueden romper este circulo fatidico.

La realidad que enfrentan los jóvenes en nuestra Ciudad nos preocupa de manera particular: el trabajo en la juventud  no sólo es el modo de subsistir, también es la forma de insertarse en la sociedad y de tejer relaciones sociales esenciales.

Jóvenes en situación de exclusión porque están fuera del mercado laboral y del sistema educativo. Los famosos “ninis”, que ustedes y yo conocemos: Todos tenemos algun familiar, vecino o amigo en esa situación. Esto es la antítesis de la cohesión social y pone a los jóvenes en condiciones graves de vulnerabilidad al delito.

En el Distrito Federal, tenemos problemas de seguridad pública, de falta de empleos, de contaminación, de movilidad urbana, de pobreza, de corrupción, falta de credibilidad en las instituciones, por citar algunos.

Más allá de absurdas etiquetas como “la metrópoli más verde de América Latina” o “el mejor alcalde del mundo”, necesitamos una agenda de gobierno seria que pase necesariamente por políticas públicas que fomenten la cohesión social, por combatir las causas de exclusión, por consolidar una democracia basada en las libertades del hombre y en la solidaridad social, determinando qué modelo de ciudad queremos.

La reciente democracia que vivimos, hace que amplios sectores de la sociedad exijan e impulsen cambios profundos hacia sociedades incluyentes, ahí es donde, la lógica integral, comienza a tener bases de apoyo social cada vez más significativas.

Es hora de mejorar el debate público sobre el problema, nutrirlo con estudios comparados y aportar propuestas concretas. Es urgente actuar colectivamente para detener la orientación casi mecánica hacia la lógica de hacer “más de lo mismo”, que está generando escasos resultados y tanto daño a la cohesión social, y reemplazarlas por una salida real, ética y humana.

Kofi Annan, sabiamente dijo: “hoy, la seguridad se entiende cada vez menos en términos militares, y mucho más como la ausencia de conflicto. Es de hecho un fenómeno que abarca el desarrollo económico, la justicia social, la protección del medio ambiente, la democratización, el desarme y el respeto a los derechos humanos”. Hoy tenemos una vision de la ciudad que queremos.

La cohesión social es la capacidad de una sociedad para asegurar el bienestar de todos sus miembros, al minimizar las disparidades y evitar la polarización. Hace falta un gran pacto social para generar estrategias que construyan la cohesión social. La lógica integral propone abordar, a través de políticas públicas, en alianza con la sociedad civil y la responsabilidad social empresarial, los principales problemas de nuestra ciudad, generando inclusión, protección social y oportunidades para todos.

Para la cohesión social, la familia es vital. La familia no es reemplazable por ninguna institución. Es un instrumento fundamental de la socialización positiva. Trasmite valores éticos a los hijos que serán relevantes en su vida adulta. Tenemos que cuidar el valor de la familia como el eje de una sociedad más cohesionada.

La democracia necesita una virtud: la confianza. Sin su construcción, no puede haber una auténtica democracia. Ninguna sociedad puede actuar con eficacia si falta el acuerdo; ninguna sociedad puede actuar en acuerdo si falta la confianza; ninguna sociedad puede actuar con confianza si no se halla ligado por opiniones comunes, afectos comunes, intereses comunes. No tengo duda alguna, que vibramos en la convicción de que es más lo que nos identifica que lo que nos diferencia y que queremos las mismas cosas: vernos libres del hambre, de la enfermedad y del miedo; queremos libertad para decidir nuestro destino. Todos pisamos terreno común.

Como dijo Don Abel Vicencio, “hay un tipo de responsabilidad que solidariamente liga al hombre con su tiempo y con su mundo, con su gobierno, con su nación y su municipio”.

A esta Ciudad y a nosotros sus ciudadanos nos hacen falta grandes dosis de solidaridad social. Una nación solidaria sería aquella en la que cada quien pudiera sentirse uno y libre, viviendo, sin embargo, en la comunidad que lo acerca a todos los demás. En la medida en que cada uno de los hombres se haga solidario de la suerte de los demás, la organización social será eficaz.

A la ciudad, ustedes le hacen falta.